CENTENARIO GABRIEL CELAYA

Poeta  de los años cincuenta, muy comprometido con su época.
Leeremos su famosa " La poesía es un arma cargada de futuro" en la celebración del día del libro.

Comentarios

  1. Poema muy representativo de la poesía social de los años 50, al que puso música Paco Ibañez. Fundamental para entender una época.


    Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,


    mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,


    fieramente existiendo, ciegamente afirmando,


    como un pulso que golpea las tinieblas,


    cuando se miran de frente


    los vertiginosos ojos claros de la muerte,


    se dicen las verdades:


    las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.


    Se dicen los poemas


    que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,


    piden ser, piden ritmo,


    piden ley para aquello que sienten excesivo.


    Con la velocidad del instinto,


    con el rayo del prodigio,


    como mágica evidencia, lo real se nos convierte


    en lo idéntico a sí mismo.


    Poesía para el pobre, poesía necesaria


    como el pan de cada día,


    como el aire que exigimos trece veces por minuto,


    para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.


    Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan


    decir que somos quien somos,


    nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.


    Estamos tocando el fondo.


    Maldigo la poesía concebida como un lujo


    cultural por los neutrales


    que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.


    Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.


    Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren


    y canto respirando.


    Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas


    personales, me ensancho.


    Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,


    y calculo por eso con técnica, qué puedo.


    Me siento un ingeniero del verso y un obrero


    que trabaja con otros a España en sus aceros.


    Tal es mi poesía: poesía-herramienta


    a la vez que latido de lo unánime y ciego.


    Tal es, arma cargada de futuro expansivo


    con que te apunto al pecho.


    No es una poesía gota a gota pensada.


    No es un bello producto. No es un fruto perfecto.


    Es algo como el aire que todos respiramos


    y es canto que espacia cuanto dentro llevamos.


    Son palabras que todos repetimos sintiendo


    como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.


    Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.


    Son gritos en el cielo, y en la tierra, son actos.



    Cantos iberos (1955)

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