Desde que es una fiesta con origen celta, hasta que la
tradición dicta que las golosinas deberían pedirse bailando
1).-
Inicialmente, los caramelos se pedían bailando
A pesar de que, a día de hoy, Halloween está
íntimamente relacionado con pedir caramelos
de puerta en puerta (una práctica heredada de nuestros vecinos
ubicados al otro lado del charco) el origen de esta solicitud de dulces es bien
distinto. Los expertos afirman que ésta práctica proviene de una fiesta
conocida como «mumming», en la cual los hombres
y mujeres escondían sus caras tras máscaras y demandaban golosinas ofreciendo a
cambio un baile o una coreografía.
Según explica Elizabeth Pleck en su
libro «Celebrating the family» esta práctica se inició en Estados Unidos, donde
se solía llevar a cabo en la fiesta de Acción de Gracias. Con todo,
los orígenes del «mumming» también son muy controvertidos, pues llegó a ser
todo un calentamiento de cabeza en Gran Bretaña (donde Enrique VIII lo
prohibió cuando muchos ciudadanos lo convirtieron en una excusa para cometer crímenes).
A su vez, en los primeros años del
«truco o trato» los que solían ir de puerta en puerta eran niños pobres que pedían algo
para comer (como bien explica Teresa de la Vega Menocal en su dossier «Divinos mendigos»). Como solían
darles golosinas, los jóvenes con más posibilidades no tardaron en unirse a
ellos.
2).-
Halloween, una noche de amor
Históricamente,
en algunas partes de Irlanda los
más jóvenes celebraban Halloween llevando a cabo juegos con los que pretendían,
con la ayuda de fuerzas extrañas, saber quién sería su alma gemelaen un futuro. Estas
prácticas eran ideales para que los chicos y las chicas se mezclaran con el
sexo opuesto. A su vez, la noche del 31 de octubre era considerada como la idónea para
conseguir novio o novia. Precisamente uno de estos juegos consistía en usar una col con la que las
niñas predecían quién iba a ser su futuro marido.
3).- El
símbolo de Halloween debería ser un nabo, y no una calabaza
Aunque actualmente los norteamericanos
utilizan como símbolo de Halloween una calabaza,
la tradición dicta que ésta debería ser sustituida por un nabo. Al menos, así lo dice la
curiosa leyenda de «Jack el Linterna»,
la historia en la que se basan los norteamericanos para vaciar esta verdura, dibujarle
una lúgubre sonrisa e introducir
en ella una vela.
Según cuenta la tradición
irlandesa, Jack era un hombre sumamente tacaño que consideraba su inteligencia insuperable.
Tal era su prepotencia que, en una ocasión y mientras bebía en una taberna,
aseguró a gritos que nadie podría superar su agudeza
mental, ni siquiera el mismísimo Diablo.
La suerte quiso que Lucifer
escuchara sus palabras, se personara en el bar y, cansado de la actitud de
Jack, le dijera que se iba a marchar con él al infierno para expiar su
pecado de soberbia. Sin embargo, cuando nuestro protagonista se levantó a pagar
su última cerveza antes de partir junto al Diablo, tuvo una idea para evitar el
castigo.
Al no tener dinero para pagar,
nuestro protagonista retó a Lucifer a convertirse
en una moneda con la que pudiera saldar su deuda. Enfadado, el
Demonio cayó en la trampa y se
transformó. A continuación, Jack metió al Diablo en su bolsillo junto a
un crucifijo de plata, con lo que
quedó atrapado.
Desesperado por escapar, el Diablo
accedió a dejar libre a Jack durante
un año más a cambio de que éste le liberara. Sin embargo, cuando se
personó 365 días después para llevarse al desafortunado al infierno, volvió a
ser engañado. En este caso, nuestro protagonista le retó a coger una manzana que había
en un árbol en el que, sin que su enemigo lo supiera, había sido tallada una cruz.
Nuevamente, el Diablo se vio
atrapado, por lo que llegó al acuerdo de no molestar a Jack en diez años más. La mala suerte, en
cambio, quiso que el desdichado no viviera tanto. Cuando nuestro
protagonista murió, Dios
no le permitió entrar en el cielo, y Lucifer no podía -según su trato-
recluirle en el infierno, por lo que le permitieron vagar por la Tierra alumbrando
su camino con una vela que
puso en un nabo (y no en una calabaza). Así, se convirtió en «Jack el Linterna»
o «Jack O Lantern».
4).-
Halloween tiene un origen celta
Al contrario de lo que se suele
pensar, Halloween no tiene su origen en Estados Unidos (un país que cuenta con
menos de 300 años de Historia), sino que es una fiesta que tenemos que buscar
mucho más atrás en el tiempo y en tierras europeas. Concretamente, esta
celebración proviene de un festival celta con más de 3.000 años de antigüedad conocido
como «Samhain».
Durante esta celebración, realizada
la noche del 31 de octubre,
los celtas consideraban que la línea que dividía al mundo de los vivos del de
los muertos se difuminaba de tal forma que era posible que los espíritus de los
fallecidos regresaran a la tierra. Para
obligarles a marcharse, se vestían con cabezas
y pieles de animales muertos y llevaban a cabo todo tipo de
sacrificios con la intención de apaciguarles.
5).- ¿La
fecha perfecta para sacrificar gatos negros?
Durante muchos años, los refugios
de animales se negaron a dar en adopción a sus gatos negros durante el
mes octubre. ¿La razón? Circuló la leyenda entre la población de que era
tradición sacrificar en Halloween uno de estos animales. Al menos, así lo
afirma en su versión digital el «Huffington
Post».
A día de hoy, todavía existen
determinados refugios que se niegan a dar en adopción a sus gatos durante estas
fechas. Uno de ellos es el «hogar para animales» de Morganton (Carolina del
Norte, EE.UU.). Con todo, varios centros hacen exactamente lo contrario:
ofrecer un minino negro como una mascota perfecta para regalar en Halloween.
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